El juego favorece el desarrollo intelectual. Cuando el niño juega, crea cosas, inventa situaciones y busca soluciones a diferentes problemas que se le plantean a través de los juegos.
Jugar es investigar, es crear, es descubrir, es conocer, es comunicar, es divertirse; a través del juego el niño puede desarrollar las capacidades que necesita para convertirse en adulto.
El juego implica creación, imaginación, exploración, fantasía, el niño aprende a prestar atención en lo que está haciendo, a memorizar, a razonar. La actividad mental en el juego es continua, por lo tanto su pensamiento se desarrolla.
El juego es una herramienta muy útil a la hora de aprender y, asimismo, a la hora de fomentar la capacidad creativa, ya que se mejoran las habilidades motoras, la concentración, la memoria , la autoestima.
Para Monte Sofìa es muy importante enseñar a los niños de una forma
lúdica y simple, a través del juego, ya que sabemos que estos ayudan a fomentar la creatividad de una forma dinámica y divertida y así llevamos a los niños a descubrir su talento personal de una forma integral y armoniosa.